El CD Naval, protagonista del mayor misterio de la historia del fútbol español

Cartagena es una de las ciudades con mayor número de leyendas y de misterios de España. Su historia le ha convertido en uno de los lugares más enigmáticos y ricos de leyendas y de mitos. Y como tal, en el mundo del deporte no podía ser menos.

En este mes de junio (concretamente el día 30) se cumplirán nada menos que cuarenta años de uno de los éxitos más importantes del fútbol de nuestra ciudad. El Club Deportivo Naval, dirigido por el histórico Juan Antonio Donayo y con una plantilla con futbolistas de Cartagena y de algunas localidades cercanas, recibía en el campo de Los Juncos al Real Oviedo en el partido de vuelta de la final del Campeonato de España de Aficionados sub-23.
El Naval caía derrotado una semana antes en el Carlos Tartiere por 3-1 y necesitaba, cuanto menos, una gesta para conquistar el título nacional. Y lo hizo. Lo logró. Lo consiguió.

A los dos minutos de partido el CD Naval ya ganaba por 1-0 y antes de la media hora el marcador era de 3-0. Un gol del ovetense Juan Luis igualaba una eliminatoria que estuvo a punto de irse para tierras asturianas después de que el árbitro señalara un penalti para los visitantes. El Real Oviedo falló la pena máxima y en el tramo final del encuentro los cartageneros llevaban el delirio a las repletas gradas de Los Juncos con un cuarto gol que les convertía en el mejor equipo de nuestro país de categoría sub-23.
El trofeo que acreditaba al CD Naval como campeón de España fue, cuanto menos, como el Santo Grial. Futbolistas y técnicos se fotografiaron con el premio durante los actos de celebración que se prolongaron varios días. Pero al cabo de un par de años el trofeo desapareció.
Paco Sánchez, uno de los futbolistas que disputaron la final, del CD Naval, aseguraba que el trofeo “fue un capricho de alguien que quería al club, estando dentro de él o muy cerca”
Paco Sánchez, uno de los jugadores de aquella histórica plantilla y quien llegó a ser capitán del Cartagena FC durante muchas temporadas, contaba hace años al mítico periodista Manuel Ángel Balaguer, tristemente desaparecido el pasado mes de octubre, qué pudo pasar con el trofeo. “Fue un capricho de alguien que quería al club, y estando dentro de él o muy cerca -directivo, empleado, colaborador o simplemente aficionado- aprovechó alguna coyuntura”.
Lo cierto es que alguien ‘secuestró’ un trofeo que independientemente de su posible valor económico era más que un símbolo de la historia del fútbol de Cartagena. “Era el premio al trabajo de la cantera” manifestaba Paco Sánchez hace diez años en un reportaje publicado por el ya extinto diario digital ‘SportCartagena’.
Hoy, cuarenta años más tarde, el misterio sigue sin ser desvelado. Aquel trofeo de 1985 no ha aparecido y desgraciadamente continúa siendo uno de los mayores y más sorprendentes enigmas del fútbol cartagenero y español. ¿Aparecerá algún día? Nadie lo sabe. ¿O sí?